La madame madura quiere estar joven y disponible para que su entrepierna sea admirada por los machos. Está dispuesta a vestirse con los trajes más sexys, sólo para volver a sentir el cálido semen en su cuerpo. No es de extrañar que el olor del cuerpo de un hombre tenga su cabeza fácil de manejar en un estado de excitación.
La morena sabe cómo salirse con la suya, pero la historia no dice si al final tuvo o no el mérito. Sí, y me temo que para el gerente tampoco sería el último día de trabajo. La historia no está resuelta, y me temo que para el gerente no sería también el último día de trabajo.
Sí, sí, es joven...